jueves, 1 de diciembre de 2011

Los secretos del Año Nuevo Aymara

Cada 21 de junio en Bolivia se celebra el Año Nuevo Aymara (según los entendidos  correspondería al año 5.519 en el calendario aymara) el cual coincide con el Solsticio de Invierno.

Ese día muchas personas se trasladan hasta la población de Tiwanaku (ubicada a 72 km. de La Paz), y esperan a que durante el amanecer el sol deje pasar sus primeros rayos a través de la Puerta del Sol, dando con ello inicio a una serie de rituales (ofrendas, bailes y sahumerios) destinados a celebrar el nuevo ciclo que comienza.
Recibimiento de los rayos del sol en Tiwanaku
(fotografía tomada de Camiri.net)
¿Pero sabias que esta tradición es relativamente reciente?. Pues sí, en la década de los 80, un grupo de investigadores sociales e historiadores (Ramón Conde, Rufino Phaxsi, Sebastián Mamani y Germán Choquehuanca, entre otros) preocupados por la dejadez de las personas para con sus costumbres y tradiciones, iniciaron una lucha silenciosa para valorar los símbolos andinos, y comenzaron realizando justamente un 21 de junio, reuniones y ritos en Tiwanaku. Nunca se imaginaron que sus acciones de reivindicación iban algún día a llegar a constituir la Bienvenida a un Nuevo Año Andino, con reuniones multitudinarias (en Tiwanaku y en muchas otras poblaciones), ceremonias, bailes y hasta un día feriado.

¿Que por qué estos investigadores escogieron un 21 de junio para iniciar sus reuniones?, simplemente porque haciendo honor al calendario agrícola aymara (que es el que rige la vida de muchas regiones altiplánicas), esta fecha coincidía con una celebración andina para festejar la cosecha de papa, es decir el fin del año agrícola.

Si buscamos antecedentes más antiguos sobre esta celebración, nos encontramos con que durante la conquista española de estos territorios muchos cronistas intentaron averiguar cual habría sido el equivalente de los nativos para lo que ellos consideraban su año nuevo, sin embargo y a pesar de muchos intentos nunca pudieron contestar esa pregunta a cabalidad, contentándose con describir el tiempo de siembra y cosecha por el que los aymaras organizaban su vida, y el calendario astronómico a partir del cual los incas desarrollaban sus festividades.

Si quieres saber más sobre este tema te aconsejamos consultar las crónicas de Cieza de León y Ludovico Bertonio o los trabajos de Renato Aguirre y Pedro Portugal.